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¿Cómo puedo saber si estoy sufriendo anorexia nerviosa?
Este post tiene por objetivo que al leerlo y si te sientes identificada en varios aspectos consultes a un profesional psicoterapeuta, para que ayude a valorar si realmente puedes estar sufriendo tu o alguien cercano un trastorno de alimentación. Que se cumplan algunos de estas características no significa que sufras el problema por eso consulta a un psicólogo, antes de quedarte con la preocupación.
-siempre existe la decisión de comenzar a hacer una dieta o cuidarse en las comidas para perder peso porque es algo que a la persona le preocupa: engordar. Sucede que a pesar de haber perdido kilos, la sostiene indefinidamente en el tiempo, no descansa de ella en ningún evento o situación.
-cuando le llaman la atención por haber perdido peso, lo niega, hasta se enfada, pudiendo comenzar a utilizar ropas más anchas o superpuestas para ocultarlo.
-cuando el problema ya esta instalado se dan los tres NO: NO COMER -NO REGLA (el cuerpo comienza a ahorrar energía desapareciendo en este caso la menstruación)- NO ESTOY ENFERMA.
– la forma de comer cambia: trocea la comida, los esparce en el plato, come muy lentamente. Toma agua en exceso o deja de tomarla; toma muchas bebidas bajas en calorías. No tolera situaciones espontáneas donde este en juego la comida. Refiere que prefiere comer sola.
-tendencia a esconderse, al aislamiento social (a medida que aumentan las conductas alimentarias de no ingesta o purgativas para esconderse de las mismas se evita el contacto social, salidas y espacios compartidos donde puedan quedar expuestas). Comienza a evitar participar en los espacios familiares de comida.
-de manera exagerada comentan lo gorda que está, reflejo del odio a su cuerpo. Presta demasiada atención a avisos por ejemplo de adelgazamiento. Se fija sistemáticamente en la delgadez de actrices y modelos a las cuales quiere imitar. Chequea su cuerpo, sobretodo después de haber comido, buscando en determinadas partes fragmentadas, donde esta la gordura acumulada.
-cuando se hace dieta se piensa más en comida, se puede hasta soñar con la comida. Si se mantiene a lo largo del tiempo la obsesión por la comida se vuelve mayor. Surgen signos de depresión, sentimientos de soledad y baja autoestima.
-puede dedicar varias horas en que se va a poner de ropa. A veces se ve tan mal que decide no salir y quedarse en casa. Puede enmascarar su cuerpo con ropa excesivamente ancha.
-se pesa varias veces al día, realiza ejercicio excesivo, especialmente tras haber ingerido comida.
-posee un exceso de actividades, teniendo “la agenda llena” , incrementa actividades extraescolares.
-hay dificultades para dormir.
-rituales obsesivos con la comida y de información sobre la misma: se hace experta en comida sana, en contar calorías. Puede haberlos con la limpieza.
-se oculta, tira la comida, la guarda en lugares no propios como armarios de la habitación.
– si logra adelgazar puede ser cubierta desde ese ideal de belleza, de admiración y halagos desde sus propios pares reforzando el objetivo que se proponen.
-estar atravesando la adolescencia es un factor de vulnerabilidad ya que la imagen corporal está podo definida y pueden ser más influenciables a los mensajes sociales que le llegan. Comentarios “sobre los guapas que son las modelos” comienzan un proceso de comparación, influyendo negativamente en su autovaloración.
-los cambios que se dan en la pubertad pueden ser asumidos de manera dificultosa; puede producirse un distanciamiento de los adultos, por ejemplo el padre, sin entenderse porque. Puede aparecer el rechazo a crecer. También puede ser una forma de esconder esos cambios cuando por ejemplo en las mujeres se leen como peligrosos ante adultos que no respetan los límites y se generan situaciones de abuso por parte de los mismos.
–personalidades rígidas, perfeccionistas, exigentes consigo mismas: ser correcta, obediente, con rendimiento en los estudios altos.
-de niñas han asumido cuestiones de los adultos teniendo la sensación de no haber podido ser niñas: “niñas responsables”. A veces se les dice “no te ha faltado nada de niña” pero no se tiene esa percepción, hay algo interior que hace sentir que la infancia no ha sido plena, pero no esta permitido expresarlo. Esto hace sentir a las personas equivocadas o problemáticas por sentirlo de ese modo.
– a veces hay familias donde la apariencia frente a los otros es un valor, y realizan comentarios negativos sobre “los defectos” corporales de las personas. El tema de la posibilidad de engordar se ve con temor dentro de sus miembros. En la pubertad este temor aumenta ante los cambios físicos que se dan en esta etapa.
-comentarios de personas importantes como ser entrenadores, en situaciones donde el deporte tiene la necesidad del control del peso, y la tendencia a la delgadez para triunfar, o en exhibiciones artísticas.
-situaciones de stress suelen influir en el inicio de un trastorno: desde un cambio de instituto, el sentirse vulnerable frente a un examen. Situaciones traumáticas como el haber vivido situaciones de abuso lleva a la purga que puede desembocar en un trastorno.
-hay familias donde la expresión de las emociones no esta permitida, sobretodo las negativas. Las personas con anorexia cumplen ese mandato familiar. Han comprendido que para que se les quiera deben actuar como se les pide aunque esto implique anular o fingir las emociones.
-miedo al rechazo de los otros (aumenta el aislamiento social). Tendencia a agradar a los otros aunque no opine lo mismo, por ejemplo.
–Hay una voz interior que constantemente esta criticando, y señalando lo que hace mal, “te vas a poner así de gorda”, machacándole, comiéndose la autoestima.
-A nivel físico la extrema delgadez y la malnutrición llevará a una seria de sintomatología que si se hace crónica puede poner en riesgo de vida al sujeto. Se produce: disminución de la frecuencia cardiaca, de la temperatura corporal, y del funcionamiento cerebral. Todo esto supone una adaptación del cuerpo a condiciones adversas que lo deja en una posición de vulnerabilidad y fragilidad.
Los signos más visibles suelen ser, por mencionar algunos: dificultades en la concentración, inestabilidad emocional, cambios en el razonamiento lógico; frecuentes mareos y desmayos; debilidad muscular con calambres, temblores; bajadas en la concentración del potasio (lleva a despertarse con el cuerpo hinchado); frialdad en las extremidades, acompañado de coloración violacia; estreñimiento e hinchazón del vientre; predisposición a fracturas, anemia, falta de regla (amenorrea), piel seca, cabello ralo o quebradizo entre otras alteraciones dermatológicas. Erosión de piezas dentales ante los vómitos autoprovocados. La lista de las consecuencias es larga y grave la sintomatología.