28 Jul 2014

BY: admin

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Herramientas terapéuticas, mucho más que las palabras…

Escribiendo sobre la experiencias del proyecto Enfocadas donde utilizamos la fotografía y escritura como herramienta creativa pero a la vez terapeútica (ver el apartado en la web sobre el mismo) quería contarles sobre porque trabajamos con fotografías y  narraciones para ayudar a elaborar el pasado…

Esta en el sentido común la frase “una imagen dice más que mil palabras”…

Muchos psicólogos utilizamos las fotografías porque en ellas ya sea las que escogemos de nuestra historia o las que sacamos con nuestras cámaras, dicen algo de nosotros, proyectamos aspectos de nuestro mundo interno, de  nuestra manera de ver el mundo . Judy Weiser lo describe de la siguiente manera: “cada fotografía que una persona toma es también una forma de autorretrato, una especie de “espejo con memoria” que refleja aquellos momentos que fueron suficientemente especiales para ser congelados en el tiempo para siempre. En su conjunto estas fotos hacen visibles las historias que acontecieron en la vida de la persona sirviendo como huellas que van marcado donde ha estado (tanto emocionalmente como físicamente) y quizás estén señalando hacia donde esta encaminándose próximamente”.

La técnica de la Fotobiografía introducida por la psicóloga Fina Sanz, nos permite en el proceso de elección de las fotos y en su narración ver armada nuestra línea de tiempo de las diferentes etapas vitales. Analizarlas una a una y en conjunto pudiendo darle un sentido a lo que hemos querido transmitir, con la ayuda de otro, en este caso el terapeuta, nos permite ser concientes de la continuidad histórica y de su construcción como sujetos activos; ubicarnos como tercero observador a la vez que protagonista de la misma pudiendo reflexionar sobre lo vivido con una cierta distancia, y aportar nuevos significados, a través de la narración.

A su vez estaríamos tendiendo a la Integración a nivel bilateral: hemisferio izquierdo-derecho. Ambas herramientas están en juego en el proceso de fotografiar y narrar.

 “El cerebro funciona simultáneamente en su totalidad, Mientras cada persona registra el mensaje, guión o relato verbal, lo incorpora en palabras a través del hemisferio cerebral izquierdo, luego ese mensaje es decodificado por el hemisferio cerebral derecho en imágenes, sensaciones, colores, texturas, aromas. Bajo estas condiciones óptimas de trabajo ambos lados del cerebro dividen responsabilidades para procesar, decodificar y producir conjuntamente”. (Charaf Mariana, 2012)

La idea de una narración única para la vida humana es muy limitada, porque nuestra memoria y nuestra naturaleza está en constante cambio. A medida que sigamos cambiando como individuos a lo largo del tiempo, nuestras narraciones también evolucionarán como reflejo de la naturaleza dinámica de la vida y de las relaciones sociales. Vamos percibiendo e interpretando la experiencia desde nuevos puntos de vista. Pero ante situaciones dolorosas o traumáticas esa manera de interpretar y significar lo ocurrido puede quedar detenida, paralizada, generando sensaciones de vergüenza, culpa o emociones muy intensas ligadas a la tristeza,  o a la rabia y la ira.

A veces nos encontramos actuando por ejemplo como niños pequeños ante situaciones que disparan en nosotros conductas que hemos aprendido en el pasado y hoy de adultos seguimos usando de manera automática.

Yolanda Calvo nos dice que: “no podemos cambiar lo que ocurrió, pero sí podemos cambiar el sentido y significado que damos a lo vivido. Lógicamente, esto significará que según se despliegue nuestra vida, iremos incorporando en los recuerdos del pasado las vivencias de ese presente, que ahora es futuro, reinventándonos constantemente a nosotros mismos y dando sentido a lo vivido, entonces, con la conciencia del ahora”.

A veces es necesario para poder salir del estancamiento, y de que nuestro pasado nos siga condicionando hacer ese proceso con otra persona, de allí la necesidad de iniciar un proceso terapéutico. Hoy en día los psicoterapeutas contamos con herramientas terapéuticas diversas y potentes donde la palabra, la narración y la imagen se combinan;  el vínculo que se establece repara y posibilita nuevas experiencias de  “estar con” un otro en sintonía;  nos permite aprender de nuestras experiencias del pasado (en vez de actuarlas),  para poder proyectarnos al futuro construyéndolo activamente.

Si te sientes detenid@, consulta a un profesional de la psicología, te mereces ser el que lleve el timón de tu vida.

Ver en:  www.phototherapy-centre.com