17 Ago 2015

BY: admin

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Los que ya me conocéis por anteriores post, sabéis de mi interés por hacer confluir aspectos sociales y psicológicos  ( y sobre todo utilizando la perspectiva de género) con la fotografía, su uso terapéutico y a su vez de denuncia social.

En los grupos de mujeres reflexionamos, a partir del trabajo de varias artistas, el cuestionamiento a los estereotipos de belleza femenino al que estamos inmersas las mujeres, y hoy en día se suman los hombres,aspirando a cuerpos eternamente jóvenes, esbeltos, delgados.

Me interesa hacer este marco para poder contextualizar desde los social posteriores post sobre los llamados trastornos de alimentación. A los factores psicológicos, familiares de cada caso en particular que habría que analizar en dicha problemática, se suman los socio culturales: mensajes que recibimos a modo bombardeo através de los medios de comunicación, de Internet, y que se hacen carne en nuestras vidas, en la imagen que tenemos de nuestro cuerpo y como nos relacionamos con él.

A su vez, me gustaría señalar como el cuerpo femenino es tomado como un objeto, siendo fragmentado, y con la consecuencia de poder ser usado por otros, deshumanizando a las mujeres en las publicidades, por ejemplo. Si puede ser utilizado, puede ser violentado por otros, consumido y desechado.

 Si hablamos de la imagen que se representa del cuerpo femenino en la publicidad, tenemos que hablar de la  COSIFICACION DEL CUERPO FEMENINO.

A las mujeres nos causa rechazo, a muchos de los hombres que no lo ven con conciencia crítica lo consumen, lo comparten, lo hacen circular en las redes.  La publicidad sexista lo avala…

La socióloga americana Caroline Heldman destaca que a la hora de poder identificar la presencia de cosificación sexual en las imágenes podemos hacernos las siguientes preguntas ante una publicidad, por ejemplo:

-¿La imagen muestra únicamente una parte o partes del cuerpo de la persona?

-¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que actúa como soporte para un objeto?

-¿Muestra la imagen a una persona sexualizada que puede ser intercambiada o renovada en cualquier momento? La “intercambiabilidad” es un elemento común en la publicidad y refuerza el concepto de que las mujeres, al igual que los objetos se usan y se descartan.

De este tipo de imágenes esta llena la publicidad, imágenes que  apela al consumo del hombre,donde  la mujer es usada por ejemplo, meramente un soporte de objetos de lujo, y ella puede ser consumida, y hasta comprada si el poder adquisitivo de estos señores se lo permite..

 Ya que hablamos de arte, y crítica a la imagen que se transmite de la mujer, no debéis perderos el trabajo de la artista española Yolanda Domínguez, la cual cuestiona por medio de su trabajo, estas miradas degradantes. Aquí os dejo el link: www.yolandadominguez.com/

 En relación al ideal de belleza, artificial, trabajamos con las fotos del proyecto de «Plastic Bodies», de la fotógrafa Sheila Pree Bright (retrato que ilustra este post es creación de la fotógrafa y parte de su proyecto). Aquí os dejo su link: http://www.sheilapreebright.com/

 La misma cuestiona el ideal de cuerpos femeninos estilo Barbie, y hace reflexionar a las mujeres acerca de esa fantasía de belleza, donde el cuerpo vuelve a ser un objeto, de plástico… (nos recuerda a las siliconas, nuevamente  lo humano se diluye, mujeres de plástico…o muñecas hinchables, da igual…).En su trabajo mezcla los rostros y los cuerpos de las mujeres negras estadounidenses con los rostros y los cuerpos de las muñecas. Las fotos retratan la compleja relación entre las mujeres negras y los estándares de la belleza blanca, por lo que combinan imágenes de mujeres reales en comparación con muñecas Barbie.

¿Cómo se vería Barbie si tuviera rastas en el pelo, un tatuaje en la espalda baja, un piercing en el ombligo, un abdomen un poco más cercano a la realidad, los dientes disparejos o unos senos más normales? Y, sobre todo, ¿cómo se verían esos detalles en el conjunto de un cuerpo «perfecto»?

Me gustaría agregar (para una visión esperanzadora aunque a contracorriente) como estos cuestionamientos y cambios, ya se hacen realidad, en el diseño mismo de las muñecas (del diseñador Nickolay Lamm). Os dejo el link de Lammily, la “Barbie normal”, “con celulitis, granos, estrías y tatúes” ;  http://blogs.publico.es/strambotic/2014/11/klaus-barbie/

 No sólo las artistas denuncian y sensibilizan en relación a los estereotipos sino sobre las consecuencias que producen en las adolescentes y en las mujeres en general el ideal de belleza ligado a la delgadez. “Al identificarse delgadez con éxito profesional, y sentimental, belleza, juventud, buena salud y fuerza de voluntad, nuestra cultura ha ido gestando, a través de los mensajes transmitidos por los medios de comunicación de masas, un cambio profundo del concepto de ideal físico al que se debe aspirar.” El mensaje que se les transmite a las mujeres es que pueden ser queridas, valoradas, exitosas si poseen un cuerpo irrealmente perfecto.

El trabajo de la fotógrafa española Laila Abril, es duro y arriesgado porque muestra lo que muchos no quieren ver, y paradójicamente lo hace  utilizando lo que esta al alcance de todos, Internet, las imágenes que circulan entre las chavalas que sufren anorexia para animarse a persistir en su cometido de mantenerse en el extremo de la delgadez, al borde de desaparecer…También ha trabajado la temática de la bulimia nerviosa desde una perspectiva artística y de sensibilización social.

Recomiendo que echéis un vistazo a su web: http://www.laiaabril.com/project/thinspiration/

Si lees este post, te sientes como mujer presionada a cumplir con estos cánones de belleza, para gustar a otros, para tener un cuerpo perfecto, o sientes que no te gustas a ti misma; si esto te obsesiona y ocupa tus pensamientos, generando malestar o frustración, no dejes de consultar con una psicóloga

Nos merecemos disfrutar sin estas ataduras de nuestro cuerpo con libertad, sintiéndonos sujetos y protagonistas de nuestra historia.