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La gente acostumbra a decir “que el tiempo lo cura todo”; “o ya paso, olvídalo, que des vuelta la página y sigas adelante”. Pero esto a veces no es tan fácil y es necesaria la ayuda de un profesional para conseguirlo.
El EMDR o “desensibilización y reprocesamiento por medio de movimientos oculares”, es una herramienta psicoterapéutica que se basa en los nuevos estudios aportados por las neurociencias de cómo se almacena la información de nuestras experiencias en el cerebro. Esta aconsejado en guías internacionales para curación del trauma.
Las situaciones traumáticas, serían las “T con mayúsculas”, aquellas situaciones donde podemos haber sentido la misma sensación de muerte, por ejemplo un accidente grave o un atentado, o cuando aquellos que supuestamente te quieren y te tendrían que proteger te hacen daño: como las situaciones de abuso, maltrato, o daño emocional vividas en la infancia o por ej con una pareja maltratadora.
Otras situaciones con carga emocional que nos desbordan, es decir situaciones traumáticas, serían las que llamamos “T pequeñas” : situaciones del pasado que siguen teniendo efecto en el presente, como ser: por ej situaciones de vergüenza, de buling, de sentirnos vulnerables frente a otros, que podemos haber vivido en nuestra infancia y que ahora como adultos nos paralizan e inmovilizan, por ej cuando tenemos que hablar o hacer una presentación en público.
El EMDR a partir de conocer el paciente, de realizar un buen diagnóstico, vuelve a esas primeras escenas o dianas que determinaron los pensamientos y emociones de ese momento como ser: “El mundo es peligroso”; “yo no soy querido, o yo no valgo, o voy a ser abandonado”, con las emociones relacionadas como pueden ser miedo, angustia, tristeza, estados de alerta…
Con esta herramienta, el proceso de cura es más rápido disminuyendo el tiempo de los tratamientos.
El paciente es el protagonista, no el terapeuta y su teoría.
Permite que el pasado este en el pasado y deje de condicionar el presente. Que dejemos de actuar como si nos hubiésemos quedado en esas etapas más infantiles, o adolescentes generando malestar o impedimentos en nuestra vida adulta. Permite que tengamos una vida más plena y consciente.