22 Feb 2018
La terapia fue para mí una forma de volver a conectar con todo lo que me impedía avanzar: el miedo, la culpabilidad, los sentimientos encontrados, la ansiedad, la angustia… y aprender a llevarlo, a nombrarlo y de esta manera saber encauzarlo y enfrentar las situaciones dolorosas y difíciles que estaba viviendo.
Los sentimientos a veces nos confunden y asustan… el sufrimiento nos puede llegar a paralizar. Y necesitamos ayuda… una ayuda objetiva pero cercana para encontrar luz y camino en los momentos de oscuridad y confusión. Y de una forma neutral: esto es, en realidad es uno mismo quien lo encuentra, pero la terapia psicológica pone las herramientas necesarias.
Ha sido una manera de volver a enfrentar la realidad y el sufrimiento, pero con ayuda… porque me sentía muy débil y la terapia me ayudó a no anclarme en el pasado o en el dolor, encontrar caminos nuevos de encuentro y de esperanza para mi vida.
Hay situaciones en la vida que pueden superarnos… a veces uno se «mantiene a flote», pero lo que lleva dentro, tarde o temprano necesita ser sanado, cuidado, acogido. La terapia me permitía flaquear, llorar, encontrarme cara a cara con mi debilidad y mi dolor pero sin hundirme, sino para curar las heridas, para encontrarme de nuevo.
Me siento muy agradecida por la ayuda que recibí. Y valoro muchísimo el espacio que creó para mí… un espacio de silencio y escucha para poder expresarme, conocerme y encontrar salidas.