24 Abr 2016

BY: admin

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Para poder describir el porque de la importancia de autoconocerse, y de iniciar un proceso terapéutico, tomaremos el concepto de MINDSIGHT  traído por Daniel Siegel siendo su traducción : VISION DE LA MENTE.  Consiste en centrar la atención en la propia mente para observar su funcionamiento interno.

 –         Permite que seamos conscientes de nuestro procesos mentales sin vernos arrastrados por ellos.

–         librarnos del automatismo de conductas arraigadas y de respuestas rutinarias (esquemas de relación que repetimos en base a nuestra historia pasada).

–         Permite que rompamos con ciclos reactivos en los que tendemos a quedar atrapados (por ejemplo en el descontrol de la ira).

–         nos permite nombrar y dominar nuestras emociones en lugar de vernos abrumadas por ellas.

Veamos por ejemplo, la diferencia entre decir “estoy triste” a “me siento triste”: la primera es una especie de definición personal y es limitante. El “me siento triste” implica la capacidad de reconocer y admitir una sensación sin que ella nos consuma.

-La capacidad de concentración nos permite ver que hay en nuestro interior, aceptarlo y al hacerlo soltarlo para poder transformarlo. A veces estamos abrumados por las rutinas con falta de tiempo y no reparamos en ello, sólo sentimos el malestar. Muchas veces también puede ser una manera de “no querer enterarnos de lo que nos pasa”.

-nos permite cambiar y reencauzar nuestras experiencias interiores con más libertad de elección en nuestros actos cotidianos y más poder para crear el futuro y convertirnos en autores de nuestra propia historia.

Son nuestros padres u otros cuidadores los que nos ofrecen las primeras lecciones de natación en ese mar interior. Si hemos tenido relaciones afectuosas tendremos las bases para poder auto observarnos: conocer nuestro interior, contactar con él y también sintonizar con los otros por medio de la empatía.

Cuando los adultos están en sintonía con los niños, cuando le reflejan una imagen de su mundo interior, el niño puede sentir su propia mente con claridad. Pero si los padres se muestran indiferentes o distantes, o sus respuestas son confusas, su falta de sintonía con el niño significa que no pueden reflejarle una imagen precisa de su mundo interior. Así la lente de su auto observación puede enturbiarse o deformarse viendo sólo una parte de ella, o esa lente puede ser frágil, y vulnerable al estrés o las emociones intensas. Por ejemplo: un niño que no puede expresar  la rabia que le producen que le maltraten y debe guardarse esa parte para no estar en peligro frente a sus padres. Un ejemplo de lo segundo sería un niño que si bien se le permite expresar sus emociones, cuando lo hace el adulto no le calma sino mas bien se asusta y le asusta, sintiéndose desbordado por las emociones como puede ser el miedo.

Si no hemos tenido experiencias positivas, se puede aprender con la ayuda de otro, teniendo un nuevo vínculo reparador como puede ser con la figura del terapeuta.

El resultado será gozar de salud mental, y nos daremos cuenta de ellos porque:

-seremos más flexibles y nos sentirse libres: lo contrario de una vida rígida, estancada o gris; en el otro extremo una vida caótica, impulsiva e impredecible.

-tendremos la sensación de vitalidad y de bienestar; sin esta integración podemos acabar presos de rutinas conductuales como ser  la ansiedad, depresión, respuestas rígidas, obsesivas entre otras.

Os alentamos a iniciar un proceso terapéutico para autodescubrirse de la mano de otro. A veces estos procesos pueden ser muy dolorosos y es el vínculo con un otro lo que nos ayuda a realizarlo de manera satisfactoria.